41 y 3... la receta de la felicidad

De los 41 flamantes años que tengo, 3 de ellos los viví teniendo blog. Y aunque últimamente lo tengo un poquito abandonado, han sido 3 años maravillosos. Las excusas: bastante trabajo y tareas pendientes de mi vida personal y una especie de enamoramiento con el celular, regalo de cumple adelantado, que en un mes supe atontar de tantas fotos que saqué. Me hice un instangram y mi vida (creo) que ya no soporta más vicios virtuales. Mi compu está rebelde y si me he resistido a tirarla al piso y saltarle encima (tipo dibujito animado) es por el cariño que le tengo y por las fotos que atesora. Pero digamos que se está portando mal: se le murió la batería ("consider replacing your battery" me dice la tipa y yo lo vengo considerando hace tiempo!) , el cable del cargador no hace contacto bien y se cuelga muy seguido. 

3 años de hacerme un espacio en mi vida para crear (terapia total.)
3 años para rodearme virtualmente de gente maravillosa, que muchas veces siento que me conocen (y yo a ellas) más que los cercanos.
3 años de compartir, dar y recibir, crecer.

Para celebrar los 41 (con 3 de bloguer!) voy a compartir un poco de lo que me hace feliz. Algunas de esas fotos que compartí en el facebook y en el instangram (la vida en el celu no solo ha sido más instantánea sino mucho más colorida!)

Por mucho que amaría poder tener la receta de la felicidad y compartirla, no la tengo, no existe LA receta. Existen caminos que nos hacen más afines a nuestra escencia. Infinitos, diversos. O al menos eso creo yo.

Cuando era muy chiquita le pregunté a mi madre quién era. Y ella se sorprendió al ver que las respuestas: "Susana" o "una nena" no me conformaron. Me dijo: "es una respuesta difícil, yo todavía no se quién soy yo y tengo muchos años más" Con el tiempo me voy conociendo más y mejor. Sé que mi lado oscuro está lleno de la luz que me falta (calentona, hiper exigente, me cuestan los abrazos, veo el vaso medio vacío, entre otras) Sé que también tengo un lado más luminoso que intento hacer crecer. Sé qué cosas me hacen bien y qué cosas todavía me pasan por arriba y no puedo manejar. Mucho por crecer aún. 

Hace más de un año (me tomo las cosas con calma, a veces demasiada) me encontré un libro (o él me encontró a mí, esperaba solito, como si alguien lo hubiera mirado y lo hubiera dejado fuera de su lugar) No tenía la receta de la felicidad, pero sí muchas cosas que resonaron en mí. Básicamente unía muchas áreas del conocimiento que me interesan y planteaba, de una manera muy sistematizada y organizada, al mejor estilo yanki, empezar por elegir de una lista una serie de valores con los que te identificás, para terminar escribiendo qué es lo importante en tu vida y cuáles de tus acciones cotidianas van en esa dirección. Es increíble lo fácil que es distraerse de lo que para cada uno es verdaderamente importante. Además de intentar ser la mejor madre y compañera-esposa que pueda ser (áreas en las que sé que todavía me falta un montón), me di cuenta que quería seguir dándole un espacio a la creatividad, hacer laboralmente lo que me hace feliz y me permite aportarle algo a otros y tener mucho más contacto con la naturaleza, que es algo que me hace bien.

 La hiper organización no es una de mis virtudes, así que no cumplí al pie de letra todos los pasos que sugería el libro. Espero hacerlo! Igual, pasito a paso voy caminando y avanzando por los caminos que quiero.  Y cuando me demoro... y cuando me distraigo, respiro hondo y acepto (cuando puedo!) que eso también es parte del camino.

Feliz cumpleaños a nos! (A lo mejor encaro y además de organizar los talleres de este año, armo un sorteo!)

La yapa: dibujo regalo de mi hija Aitana ♥

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