miércoles, 24 de febrero de 2016

De libros y redes que se tejen...

Mi Bisabuela Hilaria de Marcela Calderón


No me sumo a ninguna cadena, de ningún tipo, pero a esta me sumé! Se trata de regalar un libro, a un niño que te toca y después (con suerte y viento a favor) otr@ niñ@ que vos elegiste, también recibirá uno o más. No creo en las cadenas que te amenazan para que las cumplas, pero sí (como me dijo la amiga que me lo pasó) en las redes, que tejen cosas mágicas.
A mi me tocó Lili de 6 años, a la que le gustan los libros con muchos dibujos. No la conocía, pero por los datos que me pasaban, vi que no vivía muy lejos de casa. Vencí la pereza de embarcarme en algo que suena medio delirante y me dije: es una señal, ya que amo ese tipo de libros! Después de unos días de no poder hacerme tiempo para eso, me fui hasta la librería a buscar algo lindo. Me encontré con: Mi bisabuela Hilaria de Marcela Calderón, a quien conozco virtualmente desde hace un tiempo y adoro su trabajo. Las redes virtuales tienen también eso, nunca nos vimos, pero conozco, no solo los hermosos trabajos de Mar, sino también algo de lo que ama y de lo que le duele. Aparece como una cercanía difícil de entender para quien no lo ha experimentado, pero compartida por muchas otras personas que se pueden identificar al leer esto. Esta fue mi otra señal! Me dije: es este! Y lo compré, pero claro, me tuve que comprar otro para mi!!!

Era un poco tarde, pero la casa de Lili quedaba de pasada de regreso a casa, así que busqué la dirección, paramos, me bajé y me acerqué a una reja, donde un perro ladraba (haciendo la función del timbre que no estaba)y se veía luz en las ventanas. Yo le decía al perro: "andá a avisar que hay gente!" Y él, muy obediente, lo hizo. Apareció una niña corriendo hacia la reja. Me encantaría poder explicar la cara de Lili cuando recibió un libro de regalo, de las manos de alguien que no conocía! Ese poder que solo tiene los niños de que se les ilumine la cara y le brillen los ojos! Es como una explosión de alegría que no  pueden ni quieren disimular. Corrió hacia adentro y volvió con la mamá, que estaba súper contenta, ya que quiere iniciarla en la lectura y le está costando. De más está decir que el bello libro de Mar, les encantó a las dos.

Nos despedimos y me fui a casa feliz. Ojalá la red no se rompa y a Mateo le llegue al menos un libro y así él también tenga su regalo. El mío fue esa carita!





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