La mesita fue un regalo de reyes. Venía en color natural y le pintamos (y re pintamos varias veces) la tapa. las sillitas quedaron color madera y ahora con el paso de los años tienen sus toques multicolores, huella de lo mucho que han tallereado mis hijos y algunos otros niños. Es un espacio tan cómodo y resistente, que muchas veces los adultos terminamos ahí!
La cajonera atrás, sigue esperando que junte coraje (y tiempo) para lijarla y repintarla. Por ahora, unos circulitos de cartulina de colores le dieron un toque para disimular el paso del tiempo. Arriba, algunas de las lanas e hilos que tengo para crochetear. En los cajones hay más!
La mesa redonda fue inicialmente la del comedor, pero la intercambiamos por la que fue antiguamente la del taller: una mesa de melamina que heredamos de la abuela de Edu. Paso el dato de paso: odio lavar manteles, así que no uso. Después de comer, trapito a la mesa y a otra cosa!
Hace un tiempo, este MDF - que separa lo que originalmente fue un vano antes de que recicláramos la casa - se convirtió en pizarrón. Se nota hasta dónde llegamos con el borrador? ;)
Savannah, sorprendida en plena sesión de limpieza!
Bartolo saludando y muchos cajoncitos, llenitos de cositas.
Papeles, lápices, pinturas, telas, lanas, hilos, etc., etc.
La mayoría de los muebles son heredados, como la repisa que se ve al fondo... Ahora gracias a la ayuda de mi hija Aitana que colaboró hace unos días con el orden (se nota o ya no?) lo uso para exhibir algunos productos lavidalaleros y también materiales de trabajo. :)
o esta otra que tiene los cajoncitos de madera y zinc encima.
Y en este otro que es enorme: unas puertas - cartelera :)
Por Ahí se ve una foto de Mate y Aiti cuando eran más chicos, pintando en la antigua mesa.
Las sillas también son de herencia y aunque me gustan mucho, las cambiaría con gusto por un par de sillas Ghost.
Y sí, me embalé y me sumé al desafío Blad ;) Mi primera vez!
Si tenés ganas de verlo con gente (es decir siendo vivido) venite por acá ;)
♥